Introducción
Encontrar constelaciones es un estímulo para
cualquier principiante, y que todos hemos pasado por ello como una aventura frente al reto del cielo oscuro que tenemos encima
de nosotros para cualquier noche. La clave consiste en identificar las más brillantes y luego saltar de estrella a estrella
según las direcciones que tienen y que se expone en esta página. Empecemos con la aventura.
Orientarse en el cielo puede resultar al
principio bastante desalentador, por la dificultad de empezar a localizar formas y figuras, pero en realidad no es más difícil
que leer un mapa de carreteras y una pequeña dosis de relajación. Las estrellas durante cualquier noche parecen que deambulan
suavemente por el cielo, y además, mañana por la noche semejarán las mismas. Pero ¿cómo encontrar el camino a un punto determinado
en un cielo tan inmenso y abarrotado de estrellas? Muy fácil, una estrella como referencia y luego saltar de una estrella
a otra.
Encontrar el norte
Para los habitantes del hemisferio norte
el cielo presenta una estrella brillante cerca del polo norte celeste, que es un buen punto para iniciarse.
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Podemos intentar localizar la Osa Mayor o Ursa Major en nuestros
cielos septentrionales durante las noches de primavera y otoño. Luego mentalmente dibujamos una línea imaginaria que una las
dos estrellas más brillantes de la osa que corresponden a las estrellas Dubhe o a de color
naranja claro de magnitud 2 y Merak o b de color blanco de 2.4; y alárgala cinco veces y
ahí estará la estrella polar o Polaris de magnitud 2.1 y de color amarillo claro en la constelación de la Osa
Menor o Ursa Minor. |
Pero si nos encontramos en las estaciones de otoño e invierno nos debemos
orientar por la constelación de Cassiopea.

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Localizadas la Osa Mayor y la Osa Menor, encontramos Casiopea en la
parte diametralmente opuesta a la Osa Mayor, imaginamos una línea desde la preciosa doble visible a simple vista
de la Osa Mayor o z o Mizar de magnitud 2.4 y de color blanco y su estrella doble Alcor
de magnitud 4.0 hasta la estrella polar y ahí continuamos la línea imaginaria al otro lado de la polar; y ahí está la constelación
de Cassiopea o Casiopea. Su forma es peculiar ya que según la época del año en que la observemos
tendrá forma de M o forma de W. |

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Al principio hemos partido de las dos estrellas más brillantes de la Osa Mayor
para localizar la Polar o Polaris de la Osa Menor, pero si continuamos con la línea imaginaria acabaremos localizando
la preciosa constelación en forma de casa con tejado de Cefeo o Cepheus. Cuya estrella que hace
de tejado se llama Alrai de magnitud 3.4 y de color débilmente anaranjada. La más brillante de la constelación se
denomina Alderamin y es blanca de magnitud 2.6 y estará cerca del Polo norte Celeste dentro de 5.500 años. |
Encontrar el sur
Para un observador del hemisferio sur no resulta nada fácil localizar
el polo sur celeste ya que no está jalonado por estrellas brillantes, pero existen diversos caminos interesantes para localizarla.

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El más fácil es alargar el largo brazo de la Cruz del Sur o Crux
cuatro veces y media para acercarse al polo. Éste está muy cerca, señalado por la estrella s Octantis u Octante
que resulta demasiado débil para ser útil. |
Viajes primaverales

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Localizada la Osa Mayor puede ser un buen guía para identificar otras
constelaciones. Si seguimos la línea curva de la cola de la Osa llegaremos a una estrella brillante llamada Arcturus
en la constelación de Bootes o Boyero de magnitud 0.2 y de color anaranjada, es la quinta estrella
más brillante y es visible durante muchos meses del año. Dista 35 años luz. |

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Pero aún hay más, ¡sigamos la línea imaginaria! y ¿qué encontramos?. Pues se trata de
la estrella Spica o a de la constelación de Virgo o la Virgen.
Su magnitud es de 1.2 y de color azul claro, es una de las estrella más bellas del cielo, muy conocida por los navegantes
a causa de su posición aislada que le hace todavía fácil de localizarla. Está situada a una distancia de 217 años luz, es
decir, que la luz que estamos viendo ahora hace 217 años que partió de la estrella. |

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Sigamos en la Osa Mayor, y en concreto en la cabeza de la Osa o en el cazo. Si prolongamos
una línea imaginaria en sentido contrario a la polar y partiendo del cazo localizaremos la preciosa estrella Regulus
o a de la constelación del León o Leo. Su forma es característica y no
hay duda alguna. Regulus, su estrella más brillante, tiene un brillo de 1.3, de color azul claro y se halla a una
distancia de 67 años luz. Durante el mes de noviembre es visible en esta constelación las lluvias de meteoritos de las leónidas,
que suelen ser espectaculares. |
Viajes invernales

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Entre los meses de Noviembre y Febrero, podemos localizar fácilmente la preciosa constelación
de Orion, una de las joyas más maravillosas del cielo, formada por estrellas muy brillantes, dos de ellas
de primera magnitud y cuatro de segunda y fáciles de localizar. Destaca la estrella rojiza Betelguese o a
Orionis a 466 años luz, es una supergigante unas 400 veces más grande que el Sol. Rigel o b,
de magnitud 0.3 de color azul claro a 1305 años luz. g o Bellatrix de brillo 1.7 y color
blanco azulado a 326 años luz, y Saiph o k de color azul claro y magnitud 2.2 a 1305 años
luz. Y en medio del rectángulo vemos las denominadas tres Marías o cinturón de Orión formadas por Mintaka,
Alnilam y Alnitak, todas de color azul, muy jóvenes y situadas a la misma distancia 1305 años luz. |

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Localizada Orion si imaginamos una línea que parta del cinturón de Orión
localizaremos sin problema a la estrella más brillante de nuestros cielos, a Sirius. Sirius se halla en al constelación
de Can Mayor o Canis Major. Su magnitud es de -1.5, color blanco con reflejos azules que se halla
a sólo 8 años luz. Es brillantísima y algunas veces se la ve emitir reflejos iridiscentes, verdosos o rojizos; pero esto ocurre
solamente cuando está baja sobre el horizonte, y, por lo tanto, a un fenómeno puramente atmosférico. Para los egipcios
era Isis y su salida en el horizonte poco antes de la salida del Sol, fenómeno que se produce a principios de Septiembre
representaba el inicio del año y la crecida del Nilo, fundamental para su desarrollo como civilización. |

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Pero sigamos por el camino de Orion. Si por el contrario la línea
imaginaria la dirigimos en sentido contrario a Sirius estaremos llegando a Aldebarán o a
de la constelación del Toro o Taurus. Y si continuamos la línea llegaremos a localizar a las siete
cabrillas o al cúmulo de estrellas azules de las Pléyades de magnitud cuarta y espectaculares. Aldebarán
es de magnitud 1.1, color amarillo anaranjado y se halla a 63 años luz. |

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De nuevo localicemos Orion. Partamos de las dos estrellas de arriba y
prolonguemos la línea imaginaria unas dos veces y media, y ahí localizaremos a Procyon o a
del Can Menor o Canis Menor. Es una constelación pequeña que forma un triángulo inconfundible (triángulo
del invierno) con Sirius en Canis Major y Betelgeuse en Orión. Procyon
tiene un brillo de 0.5, color amarillo muy claro y se halla a 11 años luz. |

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Con Orion al frente y siguiendo la línea desde una de las
estrellas del cinturón de Orión en dirección a Betelgeuse, la estrella rojiza por excelencia de la zona,
llegaremos a localizar a una distancia de unas cuatro veces a Castor que junto con Pollux forma parte de
la preciosa constelación de los Gemelos o Gemini. Ambas estrellas son de parecido brillo, Castor
de 1.6 y Pollux de 1.2, blancas a 45 y 35 años luz respectivamente. La distancia entre ellas es casi de 4º 30' y
constituye una referencia de medida muy utilizada para distancias angulares. |
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